Florece la pradera
Llena de encantos por doquiera
Anidando mariposas que bailan
Sobre las rosas
Cantan las aves,
Por los frondosos arbolitos
llenos de vida y encanto
con dulce coro infinito
Sonríe el sol naciente
Sobre arroyos y corrientes
y se refleja en sus aguas
Dando gracias al dios viviente